domingo, 30 de enero de 2011

F.U.C.K

No se me olvida lo mucho que aún 
deberías estar queriéndonos si de 
verdad fueses cumplidor de esas 
promesas que eran “para siempre”.

¿Y sabes lo que hacemos con todo? 
LE ENSEÑAMOS EL PUTO DEDO. A tus promesas, a que digas que vas a venir y luego te 
quedes en tu casa, te enseñamos el puto dedo porque luchamos por estar bien día a día y solo por ti sacrificamos y hacemos muchísimas cosas que NADIE haría en la vida. Que vaya asco, ¿te gusta que nos arrastremos? Sí, te encanta. Pues resulta que todo tiene un límite. Y yo más que nadie acepté que te fueras. Intenté despedirme de ti de buenas y con toda la sinceridad del mundo, y digo lo intenté, porque fue imposible. Nos alegramos de que vuelvas y de que, aparentemente, estés mejor que nunca. Y me aguanto las ganas de correr, entrar en tu casa y más que abrazarte, echar por la boca todo lo que pienso y que tengas que escucharlo aunque no quieras. Que me canso (nos cansamos) de que solo seas tú el que pueda tomar decisiones. Y me da pena, pena por todo y por todos, pero sobre todo, pena por ti, porque estás perdiendo cosas que mucha gente mataría por tener, y las estás perdiendo voluntariamente.
Y por última vez repito: Cuando dices "te quiero", estás haciéndole promesas al corazón de la otra persona. Intenta ser honrado.
Vamos a desahogarnos un poco.

6 comentarios:

  1. "Brindo por esa persona que me dijo que nunca me iba a dejar y hoy ya no está conmigo"

    ResponderEliminar
  2. Pásate por el mío, un premio para el tuyo, pequeñaja ^^
    muá!

    ResponderEliminar
  3. Me encanta tu blog :)
    sigue pasandote por el mio
    Un beso ^^
    http://susurrosdefelicidad.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  4. Brindo por esa persona que me dijo que nunca me iba a dejar y hoy ya no está conmigo.
    Yo también brindo :)
    Bonito texto!
    Muá!

    ResponderEliminar
  5. Nada es para siempre y nunca nada es suficiente.

    ResponderEliminar