viernes, 31 de diciembre de 2010

Hoy es nochevieja, no pienso hacer un resumen de todo el año, los odio, soy yo la que tiene que saber si este año ha sido bueno o no, y ya lo sé. Sí, para variar estoy de mal humor... Aún no hemos empezado el 2011 y ya me he hartado de oír una vez tras otra eso de “año nuevo, vida nueva”. ¡Bah! Como si fuera posible que una persona olvidara todo lo pasado en un segundo y el uno de Enero fuera un día distinto al anterior, con recuerdos distintos, con una mentalidad distinta... vaya pandilla de hipócritas. Con todo esto puedo parecer la persona más borde del planeta, y es lo que hay, cada uno piensa lo que quiere, siempre me han tachado de esa forma por decir lo que pienso aunque no sea en el momento correcto, y lo siento pero no voy a cambiar. Mentir... ¡eso sí que es de cobardes! Siempre hay que ir con la verdad por delante, por mucho que duela o de miedo. Bua, no sé que hago hablando de esto si ni siquiera viene a cuento. Sigamos... esta noche ropa interior roja, oro en la copa, el pie izquierdo en alto y la mano tocando madera. Nunca he creído que este tipo de cosas funcionen, pero quizás lo que necesito es eso: creer. Creer para que todo vaya a mejor, para mi y para el resto de las personas que están a mi alrededor.
El año pasado pedí enamorarme por primera vez y de alguien que realmente mereciera la pena, el deseo me fue concedido, y aseguro que si, que he sido realmente feliz. Pero el amor es bonito cuando sientes mariposas en el estómago, no cuando sientes patadas... este año vuelvo a pedir amor, pero no de pareja, no creo que pueda sentir por otra persona algo semejante a lo que he sentido, y tampoco quiero sentirlo. Pido amor pero para mis amigos, que me sobra para ellos, que los quiero con locura. Y también pido no perder a nadie importante para mi, y si es posible... recuperar a quién perdí.

Me gustaría no tener que pedir nada de esto, jodidas navidades, han llegado demasiado pronto... 
ojalá pudiera parar el tiempo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

He vuelto ya. ha sido el viaje más largo de mi vida, la noche buena más triste y mis ánimos más bajos que nunca. Ha ce un tiempo, yo era la persona más tímida y fría que alguien se podía echar a la cara, y algo o alguien me cambió completamente. Ahora no sé vivir sin abrazos y sin estar cerca de aquellas personas a las que tengo cariño. Hoy el día parece que va a acabar más alegre, dentro de un rato veré a personillas queridas y a la noche hablaré con yai zeta que la echo mogollón de menos, y luego con Raquel,  que ella ya sabe que la quiero con locuuuuura! Volver durante unos días a "mi casa" solo ha servido para estar más nerviosa, desvelada y deprimida. Odio estar así, nunca me ha gustado la gente que tiende a estar mal con cualquier tontería, pero está claro que esto no es ninguna tontería para mí, y no, no puedo sacarlo de dentro y darlo por olvidado tan facilmente... Decir "ya has sufrido bastante, ahora... olvídate de él y del tema" es muy sencillo, pero de decirlo a hacerlo hay un paso enorme. Y eso es algo que la gente no entiende.
En fin, cada uno con su vida y todos contentos.


lloremos un poco más.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Debo ducharme, vestirme, terminar de hacer la maleta y salir pitando de aquí.
Debo comer, arreglarme y cuando llegue allí, bajar del bus con una gran sonrisa.
Y para variar, no tengo ganas. Estoy feliz, parece que poco a poco él va encontrando al chico de los ojos azules que era, y eso me motiva. Pero, ¿qué hago yo a trecientos y pico kilómetros de aquí sobreviviendo a base de sms? ¿Sin esas personillas que tanto cariño les he cogido estos últimos días? NADA. No hago nada, y de hecho, es una mala idea. Pero aunque no pueda volver en cuanto me llame porque me necesita... siento que debo irme, que es algo que tengo que hacer. Al fin y al cabo él también se va, más lejos que yo, pero se va... Y tendré que esperar, un mes, treinta días, setecientas veinte horas, cuarenta y tres mil doscientos minutos y dos millones quinientos noventa y dos mil segundos. Y sabes que le esperaré, porque siempre he estado haciéndolo. Esperé a que alguien viniera a mi vida para llenar mi mitad, y él apareció. Esperé a que alguien me abrazara en medio de la noche y no me soltara hasta que me despertara, y él apareció. Necesitaba vivir el amor más sincero del mundo mundial, y él apareció. Y no me importa esperar, porque esta vez, tiene que aparecer de nuevo.
Estoy tonta perdida, hoy el optimismo me sale por las orejas... veremos que tal va la cosa mañana, lo siento, soy así de incoherente.
Un bus me está esperando.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ahora me he dado cuenta de que eso de que “las personas que más quieres son las que más te harán sufrir” es totalmente cierto. Aunque también te aportan muchas cosas buenas, las malas experiencias te enseñan poco a poco, y creo que yo con él ya me he sacado el graduado... y siento que ya no puedo más. Lo intento, prometo que intento pensar en algo que no sea en él, pero no me sale nada. Y es que hay tantos recuerdos nuestros esparcidos en el espacio, no puedo estar en el sofá, porque me recuerda a él, comiendo conmigo mientras veíamos los nuevos capítulos de los Simpsons, mi habitación huele a él, cada color azul me recuerda a tus ojos... Cada vez que salgo por algún sitio donde solíamos vernos me pongo nerviosa, y miro hacia mil lados a la vez esperando encontrarle solamente para poder mirarle a los ojos y volver a sentir que soy capaz de descubrir lo que piensa. Pero se escondes, huye, y a mi no me queda otra que seguir donde estoy, aguantando con lo que venga. Hoy he llorado y he hecho llorar a otras personas, de felicidad o de tristeza ¿quién sabe? Al oír esa canción (http://www.youtube.com/watch?v=Yihq4rxUKg4) en la fiesta del instituto algo se ha removido en mi interior, he empezado a cantarla sonriendo porque me he acordado que él solía escuchar estas canciones cuando se sentía solo, y según iba avanzando la letra una de mis mejores amigas, la de la bufanda azul, ha empezado a llorar, y no lloraba por ella, lloraba por mi. Y yo, sonriente y sin sacarle de mi cabeza he ido y la he abrazado fuertemente y entonces, un recuerdo me ha venido de repente “cuando tú abrazas a una persona es porque quieres que sienta lo mismo que sientes tú en ese momento” sí, él me dijo eso una vez, le encantan los abrazos, no podía pasar más de dos minutos sin rodearme con sus brazos y estrecharme fuertemente, y entonces mientras estaba entre los brazos de la chica de la bufanda azul, seguía cantando e intentando que ella no sintiera lo que estaba sintiendo yo por dentro... era una mezcla de tristeza e impotencia y de euforia a la vez, euforia porque la existencia de esos recuerdos significa que en algún momento de mi vida los viví, y tristeza porque en aquellos tiempos me sentía tan tan feliz... y al final, sin poder evitarlo, he llorado. Hoy más que nunca sé que los amigos son un gran tesoro que tienes que intentar tener por siempre, porque cuando todo sea negro, ellos aportarán un poquito de luz a esa oscuridad y harán que lo veas todo más claro. Intentarán creerte y comprenderte cuando nadie lo haga, pero sobre todo, te harán sentir la persona más afortunada del planeta. Ellos me dan la vida, saben que les quiero con todas mis fuerzas y yo sé que ellos me quieren a mi.
Estoy siendo demasiado bipolar ultimamente, y eso es algo que siempre he odiado. Cuando estoy en el instituto te tengo en mi cabeza pero me siento fuerte. Y en cambio, en cuanto entro por la puerta de casa, el mundo ya se me ha caído a los pies. Necesito que vuelva para hacerme reír, para abrazarme, para que me enseñe que no todo es tan malo como parece, para pasarnos horas y horas haciendo el tonto, para que sea mi amigo, para darle un poco de emoción a la vida. Vuelve, aunque sea tarde, pero por favor... vuelve.  

martes, 21 de diciembre de 2010

No me lo tomo como un nuevo proyecto. Quiero sentir que me conocéis menos aún y así poder expresarme sin miedos. Al menos, me ayudará a verlo todo desde varias perspectivas, bien, comencemos:


Tengo el estómago del tamaño de mi puño, cerrado y comprimido.  No me lo explico, hoy es un martes normal, he comido comida normal, me he puesto mi sudadera favorita, la verde. He salido hacia el instituto a la hora normal, he tenido clases normales... y sin embargo, estoy nerviosa. He pensado que quizás es por los nervios del viaje de pasado mañana, pero no. También en que la navidad está cerca, pero no. También en que me esperan unos cuantos días de fiesta, pero tampoco es eso. Me gusta malgastar el tiempo, por eso he dado mil vueltas intentando descubrir una respuesta muy distinta a la que me provoca este nerviosismo. Y es que ya es imposible, sus ojos azules siguen clavados en todos los rincones de mi cerebro día tras día. Pasar de todo más de lo que ya lo estoy haciendo es imposible, y aún así, aquí estoy, sin parar de poner sonrisas y algún que otro "jajaja" aunque por dentro me esté pudriendo a un ritmo que da miedo. Aún tengo tu foto en el corcho de mi habitación. Aún me emociono cuando oigo tu nombre. Aún finjo que nada de esto ha pasado y que vas a venir, vas a sonreírme y me vas a regalar uno de esos abrazos que te hacen volar. Aún estás dentro de mí, aún no he podido sacarte, es demasiado pronto y tengo mucha prisa por que esto no duela. Aún sueño contigo.
Y no, no entiendo nada, por mucho que lo intento. No entiendo por qué esos cambios tan bruscos, porque un día quieres a alguien y al siguiente deseas verlo muerto, no lo entiendo. Cada segundo que pasa las cosas dan un giro completo y me estallan en la cara. Estás cerca y luego quieres irte lejos, abandonarnos, olvidarlo todo. Pero no, me niego a creer que has sido capaz de hacerlo, me niego a creer que has olvidado todas las cosas buenas vividas, y las malas también. Me niego a que puedas pasar de la gente a la que tanto querías y necesitabas. Eres muy fuerte, pero no tanto como para poder hacer eso.
Hoy estoy nerviosa, hoy me siento pequeña.