miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ahora me he dado cuenta de que eso de que “las personas que más quieres son las que más te harán sufrir” es totalmente cierto. Aunque también te aportan muchas cosas buenas, las malas experiencias te enseñan poco a poco, y creo que yo con él ya me he sacado el graduado... y siento que ya no puedo más. Lo intento, prometo que intento pensar en algo que no sea en él, pero no me sale nada. Y es que hay tantos recuerdos nuestros esparcidos en el espacio, no puedo estar en el sofá, porque me recuerda a él, comiendo conmigo mientras veíamos los nuevos capítulos de los Simpsons, mi habitación huele a él, cada color azul me recuerda a tus ojos... Cada vez que salgo por algún sitio donde solíamos vernos me pongo nerviosa, y miro hacia mil lados a la vez esperando encontrarle solamente para poder mirarle a los ojos y volver a sentir que soy capaz de descubrir lo que piensa. Pero se escondes, huye, y a mi no me queda otra que seguir donde estoy, aguantando con lo que venga. Hoy he llorado y he hecho llorar a otras personas, de felicidad o de tristeza ¿quién sabe? Al oír esa canción (http://www.youtube.com/watch?v=Yihq4rxUKg4) en la fiesta del instituto algo se ha removido en mi interior, he empezado a cantarla sonriendo porque me he acordado que él solía escuchar estas canciones cuando se sentía solo, y según iba avanzando la letra una de mis mejores amigas, la de la bufanda azul, ha empezado a llorar, y no lloraba por ella, lloraba por mi. Y yo, sonriente y sin sacarle de mi cabeza he ido y la he abrazado fuertemente y entonces, un recuerdo me ha venido de repente “cuando tú abrazas a una persona es porque quieres que sienta lo mismo que sientes tú en ese momento” sí, él me dijo eso una vez, le encantan los abrazos, no podía pasar más de dos minutos sin rodearme con sus brazos y estrecharme fuertemente, y entonces mientras estaba entre los brazos de la chica de la bufanda azul, seguía cantando e intentando que ella no sintiera lo que estaba sintiendo yo por dentro... era una mezcla de tristeza e impotencia y de euforia a la vez, euforia porque la existencia de esos recuerdos significa que en algún momento de mi vida los viví, y tristeza porque en aquellos tiempos me sentía tan tan feliz... y al final, sin poder evitarlo, he llorado. Hoy más que nunca sé que los amigos son un gran tesoro que tienes que intentar tener por siempre, porque cuando todo sea negro, ellos aportarán un poquito de luz a esa oscuridad y harán que lo veas todo más claro. Intentarán creerte y comprenderte cuando nadie lo haga, pero sobre todo, te harán sentir la persona más afortunada del planeta. Ellos me dan la vida, saben que les quiero con todas mis fuerzas y yo sé que ellos me quieren a mi.
Estoy siendo demasiado bipolar ultimamente, y eso es algo que siempre he odiado. Cuando estoy en el instituto te tengo en mi cabeza pero me siento fuerte. Y en cambio, en cuanto entro por la puerta de casa, el mundo ya se me ha caído a los pies. Necesito que vuelva para hacerme reír, para abrazarme, para que me enseñe que no todo es tan malo como parece, para pasarnos horas y horas haciendo el tonto, para que sea mi amigo, para darle un poco de emoción a la vida. Vuelve, aunque sea tarde, pero por favor... vuelve.  

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